miércoles, 1 de abril de 2015

Espejito, espejito


La psicóloga Noemi González, nos trae una tarea propuesta por Bernadette Lamboy en su libro Ejercicios para Sentirte a gusto con tu cuerpo.
¿Quién no aspira a encontrarse a gusto con su cuerpo? 
Sentirse bien con uno mismo es, sin duda, un deseo compartido. No obstante, y sin saberlo, muchas veces nos cerramos el acceso a ese bienestar físico y psicológico.

Os propongo un ejercicio que podréis seguir metódicamente o en función de vuestras necesidades, y que va dirigido a un mejor conocimiento de vosotros mismos.
“Espejito, espejito”
La prueba del espejo, para quien se siente a disgusto con su cuerpo, es casi siempre difícil. ¿Cuáles son tus reacciones ante el cristal?
Puntúa, en una escala del 1 (casi nunca) al 5 (casi siempre), las siguientes afirmaciones, y responde con sinceridad a las preguntas que se te plantean.
-  Evitas mirarte en un espejo. 
1 2 3 4 5

- Criticas con dureza tu aspecto físico. 
1 2 3 4 5

- ¿Cuáles son tus “fórmulas preferidas” cuando te sacas defectos? 
- ¿Tú has visto la facha que tienes? Si pareces tu madre… (tu padre…).

- Examinas tus diferentes “defectos” físicos y los pones de relieve (tengo piernas como palos, una nariz digna de Cyrano…). 
1 2 3 4 5

- ¿Cuáles son tus defectos físicos que más te molestan?
Para las preguntas 1, 2 y 4, suma el total de tus respuestas ___ y lee a continuación la valoración correspondiente:
entre 11 y 15, no te amas nada, aprende a valorarte más sólo puede serte beneficioso; entre 7 y 10, te falta indulgencia respecto a ti mismo, pero tu mirada puede cambiar progresivamente; entre 3 y 6, tienes una buena imagen de ti, no cambies.
Cada vez que percibes en ti un defecto físico o no te tomas en consideración debido a tu imagen, dedica un momento a hallar alguna cualidad en ti o a hacerte un cumplido. Por ejemplo, puedes decirte: “Hoy tengo la cara cansada… sin embargo, esta ropa me sienta bien; la verdad es que debería perder varios kilos… pero, también tengo amor a raudales”, etc. Intenta realizar esta metamorfosis habitualmente, dejándote convencer, con un punto de humor y de ligereza.